- ¿Cómo puedo ser inmortal?
- ¿Crees que estas preparado para ser inmortal?
- Entonces... ¿es posible ser inmortal? - preguntó asombrado el aprendiz...
- Yo puedo enseñarte el camino...
- ¿Y moriré? - preguntó.
- ¿Cómo vas a morir siendo inmortal? Pero...
El maestro se interrumpió pensativo sin dejar de mirar los ojos de su querido aprendiz y como padre que era le conmino...
- ¿Crées que te mereces ser inmortal?
- ¿Qué hay que hacer para merecerselo?
- Ser inflexible, saber ganarse el respeto de los semejantes, querer a todos tus hermanos... haber explotado al máximo todos tus talentos y aptitudes y contrarestados con estos tus limitaciones y tus deficiencias...
El discipulo querido se entristeció, pues sabía que él nunca se convertiria en inmortal... El maestro lo miro con dulzura, y con cariño le preguntó:
- ¿Por qué quieres ser inmortal?
El discipulo, con lágrimas respondió: - quería acompañar a la humanidad, quería ver el mundo, conocer a todas las personas, visitar a todas las piedras, tocar todas las hojas... ¡conocer el futuro!
El maestro se sorpendió de la madurez del aprendiz...
- Tendrás que cambiar de cuerpo cuando seas inmortal - Sentenció.
- Estoy dispuesto - contesó el discipulo esperanzado.
- ¿De verdad quieres hacerlo?
- El discipulo dudó, ¿era posible que el maestro le hiciera inmortal? Sabía que era poderoso, quizás el más poderoso del mundo... al menos si lo era más que todos los que él conocía... Manipulaba mentes, eres inteligente, listo (que no es lo mismo), audaz... ¡quizá fuera inmortal...!
Al discipulo se le iluminó la cara...
- Te enfrentas a una vida eterna en la tierra... Nunca irás al cielo...
El maestro siempre había incidido mucho en la cuestión... "No se puede vivir con la esperanza de un 'cielo', el cielo - repetia - hay que ganarselo pues... ¿y si no hubiera cielo? Hay que mirar todas las posibilidades". Entonces, la voz del maestro resonó en su mente:
- ¿Y si te arrepientes?
El maestro sabía como hacer dudar pues para él, ¿no era todo como un juego?
- No tendrás esta oportunidad nunca más...
¿A cuántas personas le había preguntado lo mismo el maestro? ¿Cuántas personas defraudaron al maestro con su respuesta? ¿Era él elegido del maestro? ¿Cuantos elegidos habían sido? ¿Cuantos años tendría el maestro? Tenía la apariencia de ser atemporal... Un viejo de 70 años que se movía como un niño de 13 años y que podía golpear como un hombre de 30 años fortalecido en largas faenas en los campos.
El aprendiz vaciló un momento... Ya tenía la respuesta... Pero el maestro era muy imperativo con respecto a las decisiones. Él decía: si no puedes mantener una opinión, no la des; y añadía: el sabio siempre hacierta a conocer la verdad más segura porque nunca se arriesga hasta estar completamente convencido.
- Estoy dispuesto a hacerme inmortal...
En el suelo de la habitación había un sello de plata de unos 5 metros de diametro. Simulaba con trazos indefinibles pero sofisticados, recargados pero gráciles... y claramente se adivinaba una montaña, un rio, un ocenao y un sol todo ello tetrasimétrico , el simbolo de la escuela... En él se colocó el discípulo.
Del maestro brotó una luz... El maestro irradiaba energía brillante... ¡El maestro era luz! ¡Una luz casi cegadora pero que no hacía daño a los ojos... Y escuchó en su mente una voz que le conminaba: Para ser inmmortal tienes que gritarlo muy fuerte... para ser inmmortal tienes que gritarlo muy fuerte... Para ser inmmortal tienes que gritarlo muy fuerte... Para ser inmmortal tienes que gritarlo muy fuerte... ¡Para ser inmmortal tienes que gritarlo muy fuerte...! PARA SER INMORTAL DEBES GRITAR:
¡SOY INMORTAL!
...y al gritarlo, el discipulo se sintió contraerse y separaser a la vez...
SE HABÍA EVAPORADO POR LA VENTANA...
AHORA ERA UNA GOTA DE AGUA
SE HABÍA EVAPORADO POR LA VENTANA...
AHORA ERA UNA GOTA DE AGUA